El capitalismo jerarquiza a la población en grupos sociales basados en el poder relativo que tienen para valorizar socialmente su propio trabajo. La cima de la estructura social la ocupan las multinacionales y los bancos, las grandes corporaciones, sus CEOs , las élites locales de cada país. Por debajo, las pequeñas y medianas empresas, las clases medias, los profesionales independientes y los trabajadores con empleo formal. Hasta aquí, una estructura clásica. Pero cada vez más, como consecuencia del carácter expulsivo de mano de obra del tardocapitalismo, crece un nuevo sector: la economía popular, integrada en su parte más alta por agricultores en pequeña escala y, en su base, por nuevos actores, los trabajadores informales (trabajadores urbanos sin patrón y bajos ingresos, cooperativas y agricultura familiar). Las principales características de estos últimos grupos son, por un lado, que no pueden desarrollarse en la lógica del libre mercado global y, por otro, el reconocimiento de la importancia de las políticas públicas y de la organización social para su crecimiento sustentable.
ECONOMÍA POPULAR. LOS DESAFÍOS DEL TRABAJO SIN PATRÓN se propone repensar las prácticas y lógicas que se despliegan en los espacios de la economía popular desde su positividad. Es decir, no desde la perspectiva de la marginalidad o la exclusión, sino desde su propia dinámica. El desafío es poder responder a preguntas como: de qué manera se organizan, producen, consumen, se endeudan, se piensan en tanto sujetos de derecho, quienes forman parte de este sector. Las contribuciones que integran este trabajo colectivo proponen el análisis desde un abordaje histórico conceptual con eje en sus aspectos económicos y sociales.
Editorial: Edicciones Colihue
Año de edición:2017
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